9 de julio de 2009

¿QUE PENSARÁN?


Cada vez que veo las fotos del día del orgullo no puedo evitar pensar en qué estaría pensando la gente que nos veía pasar con la pequeña carroza de los niños. Tuvimos aplausos sí, pero también gente que nos miró con mala cara. Al reflexionar pienso que tal vez no es correcto exponer así a nuestros hijos, pero acto seguido rechazo ese pensamiento, me hace sentir sucia, avergonzada de lo que soy. Entonces, ¿Cuál es el problema en realidad? ¿Es la gente que me rodea que no comprende? ¿Son nuestros hijos que no tienen culpa de nada? O ¿Soy yo? Esto no me gusta nada, me digo a mi misma; pero sigo reflexionando, no lo puedo evitar.
Me traslado al invierno pasado en que mi cuñada nos llamó para que acudiésemos a la comunión de su hijo. Os cuento, antes de la celebración tuvimos que pasar por casa para ver los regalos y los dos trajes que tenía expuestos en la habitación del nene en su casa, pasaron por allí la mayor parte de familiares y ella preparó una merienda estupenda de la que todos disfrutamos. Dos días después tuvo lugar la ceremonia en la iglesia y el “convite” en un restaurante, con fotos, tarta que mi sobrino cortó con un sable, la música y toda la parafernalia al uso. Todos lo pasamos muy bien aunque no dejó de ser un simple acto social. Estamos tan acostumbrados a ello que no percibimos los matices. No solo estuvo expuesto mi sobrino, sino toda la familia e incluso la intimidad de su casa pero claro… era su comunión, acto socialmente aceptado, y celebrado incluso por familias no creyentes. Y yo me pregunto, ¿Por qué es este acto social más lícito que nuestro día del orgullo? Si fuésemos judíos celebraríamos el Yom Kippur (Día del Perdón) o si fuésemos negros afro americanos celebraríamos el día de Martin Luther King. Si fuésemos católicos expondríamos a nuestros hijos e hijas ante la sociedad en innumerables ocasiones, pero como somos homosexuales pues celebramos el día del orgullo gay y nuestros hijos e hijas celebran ese día junto a sus padres y madres, no imagino pues un mejor sitio en el que estar. Así que no consigo ver nada negativo en ello. Pero me siguen asaltando las dudas.
Tal vez el problema está en la gente que nos rodea que nos hace sentir mal, diferentes, tal vez entienden la palabra homosexual demasiado cargada de “sexo” y esto le da un significado muy alejado del amor y del cariño que es lo que nosotros sentimos por nuestra pareja y por nuestros hijos e hijas. Pero, yo no puedo dejar que los demás me digan lo que es mejor para mi, no puedo permitir que el miedo a lo que piensen los demás no me deje ser feliz. Entonces…. ¿Dónde está el problema al final?, Definitivamente el problema lo tengo YO. En el fondo creo que sigo sintiendo vergüenza de lo que soy
Es muy complicado deshacerse de esa vergüenza que durante tanto tiempo nos ha tenido atrapados y atrapadas, creo que todavía sigue ahí. La vergüenza que te paraliza, que te impide luchar por lo que mereces, la que te dice que estás sucio o sucia, la que te repite el mensaje una y otra vez hasta que no cabe la duda de que lo que eres y haces está mal, es sucio y bajo. Y ahora llegan nuestros hijos e hijas. Les queremos, les cuidamos, les damos lo mejor de nosotros mismos y después que…. ¿Cómo voy a defender con normalidad algo que a mi misma me ha costado o más bien me sigue costando ver como algo puro, lícito, bueno?
Evidentemente es algo tan lícito, merecido y bueno como cualquier otra celebración, esto asigna definitivamente normalidad a nuestras familias, este tipo de celebraciones nos dan la existencia en si misma y nos hacen SER, somos porqué estamos. Somos un espejo en el que nuestros hijos e hijas se mirarán, no podemos olvidarlo, es nuestra responsabilidad desechar nuestros miedos y caminar a su lado con orgullo, siempre visibles, de esa manera ellos y ellas se sentirán orgullos y orgullosas de sus progenitores en el futuro. Y mientras tanto nuestros hijos e hijas se divierten, crecen, aprenden, hacen nuevas amistades y son felices, seguro que sus pensamientos no van mucho más allá ….

KATY

5 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Katy! creo que en el fondo todos sentimos ese tipo de " vergüenza?" ,o miedo, a que la palabra "homosexual" la miren solo como sexo.
Pero dejándonos ver con nuestras parejas e hijos vamos dejándoles claro que no es solo sexo, sino que es amor y mucho cariño...igual que ellos.
Por otro lado decirte, que las cabalgatas también son exposición, la ofrenda de flores a la virgen en fallas...hay tantas exposiciones...que tenemos que tener claro que nuestras exposiciones nos refuerzan mucho,cosa que nos hace falta.

Besos

Tere

un poco de sol dijo...

Te felicito por estar ahí con tu hijo, y lo que te pasa a vos nos pasa a todas .cariños y esta bueno tu sinceridad con lo que sentís

Roma dijo...

Hola, muchas veces siento lo mismo, como familia sentimos eso. recien este año pudimos abrirnos en el cole de Tato, pero el tema de la marcha, nos cuesta ponernos de acuerdo. Felicito a los que se animan. Gracias por tu reflexión.
Un abrazo

Eva dijo...

Creo que ese brote de inseguridad que sentimos la tarde de la manifestación, radica en que gais y lesbianas,llevamos grabado como un cuño, como innato, la vergüenza, el complejo, la cobardía, la culpa, el miedo al rechazo…; sentimientos que nos han acompañado toda la vida y que creemos superados, pero que nos afloran en ocasiones como esta,en que son nuestros hijos e hijas los que están en juego.
Afortunadamente, estos sentimientos ya nos duran sólo instantes.
Eva

c1elqv dijo...

Hola!
Me gustó mucho éste post. Todo él. Y, en espcial, cuando dices, "no puedo dejar que los demás me digan lo que es mejor para mi, no puedo permitir que el miedo a lo que piensen los demás no me deje ser feliz" y, también, cuando continuas "(...)somos porqué estamos. Somos un espejo en el que nuestros hijos e hijas se mirarán, no podemos olvidarlo".
Es reconfortante leer cosas como las que escribes. Y, ade+, ¿qué padre o madre, sea cual sea su orientación sexual, no estará de acuerdo con ésto?