16 de marzo de 2010

MAÑANA DE MARZO

¡Por fin buen tiempo!
Esta mañana hemos acudido veintiséis personas al Cauce del Turia bajo un sol radiante.
La semana pasada se desconvocó el encuentro debido al mal tiempo. Aún así acudieron seis familias, entre ellas los nuevos socios de Alcoy.
Ha sido un disfrute reunirnos en un día tan luminoso y alegre. Los once niños que acudieron con sus mamás y sus papás, se han alegrado muchísimo de verse, como cada vez, y han jugado de lo lindo en el parque infantil. Mientras, los mayores se han ido poniendo al día. Los más pequeñines… cómo cambian: qué si ya andan, que si ya chapurrean… El socio más chiquitín de La Asociación nos apareció con gafas de sol, y que no le molestaban, eh?! ¡Que monísimo!
Marc, tan niñero como siempre, acudió con gusanos de seda recién salidos del huevo. Enseguida se hizo un corro de niños que tapaban la caja de zapatos con sus cabezas. Varias familias volvieron a casa con la ilusión puesta en su envoltorio con gusanitos.
Y sobre la una y media ha empezado la gente a desfilar. Han aparecido las bicicletas, patines y patinetes. De vuelta a casa, aunque más de uno y más de una se ha ido directamente a La Mascletá, ¡qué estamos en Fallas!
Eva

SOBRE LA MATERNIDAD

Mi hijito tiene 6 meses y seguimos yendo al Taller de Lactancia del Centro de Salud de nuestro barrio. Cada jueves por la tarde, compartimos los miedos, inseguridades dudas y prejuicios a los que nos enfrentamos las madres desde la concepción de nuestros hijos.
Todas nosotras y los bebés, nos agrupamos formando un circulo, buscamos el aquí y ahora y, relajadas, comenzamos a compartir nuestras experiencias. A medida que el tiempo pasa, los sentimientos de apoyo, tolerancia y respeto se entrelazan, las miradas de complicidad se multiplican, la empatía toma protagonismo. Y nos sentimos comprendidas.
A veces, nos sorprendemos con un nudo en la garganta al sentir las lágrimas de otra madre. Otras veces, nos enorgullecemos por las pequeñas victorias que relatan. Entonces ocurre: todas somos plenamente conscientes que somos iguales. Por encima de la tendencia sexual, por encima de la ideología, por encima de la raza o cultura todas somos Mamás.
Carmen, la matrona, nos dice que las mujeres frente al miedo y la inseguridad se agrupan y establecen lazos fuertes. Y es cierto, allí las mujeres con sus bebés son un solo ser con fuerza suficiente para decirle al mundo que lo primero son nuestros hijos, su salud y su felicidad. Y después, viene todo lo demás. Desde que nuestros bebés nacen les debemos amor exquisito y toda nuestra atención.
En este Taller nos sentimos cómodas e integradas, no hay cabida para la homofobia y los prejuicios. Una madre es una madre... y todas somos igual de vulnerables frente a la maternidad. Y, por supuesto, a nuestros bebés les da igual que la teta que les alimenta y les da consuelo sea una teta lesbiana o hetero.

2 de marzo de 2010

LA OTREDAD

Una vez más, como otras muchas, mis amigos en el trabajo comentaban sobre los sitios de ambiente. Qué gracioso les parecía el haber estado allí o no.Uno comentaba que un día con sus amigos aparecieron en el Deseo 54, y que claro, al darse cuenta de qué iba aquello, tomaron dos copas y se largaron, yo me preguntaba a qué venía la segunda copa si ya sabían de qué iba aquello.Otro se reía sorprendido, en estos temas de conversación él sólo se ríe.La otra chica del grupo aparte de mi, comentaba que el que había estado era su marido con los del curro, pero que se fueron enseguida, ella nunca había coincidido en ningún sitio de ambiente.Siempre me ha parecido que incluso la gente más progresista y permisiva acepta de buen grado la homosexualidad, y les gusta tener alguna amistad en el gremio, esto les da puntos en su progresismo, pero otra cosa es tenernos en grupo, tantos juntos en una discoteca y haciendo lo que la gente suele hacer en las discotecas, les supera, al fin y al cabo como dicen ellos mismos son troglo-heteros.Yo me mantenía expectante, a ver cuándo se iban a dar cuenta de la presión de otredad que estaban ejerciendo sobre mí.Por fin reaccioné; ‘A mí me pasa igual’ dije; ‘¿igual?’ Se extrañaron. Alguna vez he ido con algunas amigas que se han empeñado en ir a los pubs de Juan Llorens, ‘¡¡Qué rollo los sitios heteros!!’. Que chocante les parecía aquello por qué las carcajadas se debían oír en toda la cafetería. Pero chica, ‘¿por qué? Si allí no pasa nada’. ‘¿No? Todos los tíos pretender ligar contigo, te entran, no les importa que tu esposa esté a tu lado, seguramente ni la ven. Aparte de tantas parejas heteros allí besándose, chico con chica, que raro se me hace. Además los baños son muy aburridos, en general todo el local suele ser aburrido. Vamos que yo prefiero los sitios de ambiente para salir y con mucha diferencia’.A mis compis, a los que adoro, y con los que hablo con total franqueza siempre, toda esta conversación les hizo mucha gracia, yo creo que volvieron al curro pensando que ironizaba, y aunque era así eso no restaba verdad a lo que decía. ¿Por qué se sorprendían tanto? esos son los comentarios que ellos mismos estaban haciendo de los sitios de ambiente y les parecía totalmente natural.A ellos, que están en la acera desde la que se construye ‘la otra acera’, les parecía imposible que haya alguien que se sintiera incomodo en su acera, si lo raro está en la otra.Una vez más esto me confirma que la lucha ya no está tanto en la aceptación de la homosexualidad como tal, sino está en conseguir que nuestra vida, llamémoslo estilo de vida, no esté considerada como fuera de lo que todo el mundo reconoce como ‘’lo bueno’’, conseguir como decía que no se vea como lo raro, el estigma, el sí pero...Soy lesbiana, soy lesbiana, soy lesbiana, a veces hay que decirlo o oírlo mucho, y orgullosa y feliz por serlo y siéndolo. Definitivamente vivo en mi acera, que no sé si está enfrente de la tuya, simplemente es la mía, es en la que he decidido vivir, como decidí tantas y tantas cosas en mi vida. Aquí vivo con mi mujer, aquí criaré a mi hija, es un sitio estupendo para criarse, hasta que crezca y decida por ella misma en qué acera hacer su nido, o se construya la suya propia quien sabe.
Raquel