-Oye, ¿y como es que estás sin novio?
-Es que los que me gustan ahora son de la otra acera.
¡Ostras!, pensé, ¡Qué bueno! ¡Hay dos aceras! Y yo que siempre había creído que sólo existía la de enfrente… en la que me colocaron mis amigas cuando no me gustaba ningún chico, y la misma en la que estamos nuestras familias desde que existimos.
¡Genial! ¡Los heteros tienen acera!
Pero… Entonces… ¿si hay dos aceras? ¿cuál es la de enfrente?
-Es que los que me gustan ahora son de la otra acera.
¡Ostras!, pensé, ¡Qué bueno! ¡Hay dos aceras! Y yo que siempre había creído que sólo existía la de enfrente… en la que me colocaron mis amigas cuando no me gustaba ningún chico, y la misma en la que estamos nuestras familias desde que existimos.
¡Genial! ¡Los heteros tienen acera!
Pero… Entonces… ¿si hay dos aceras? ¿cuál es la de enfrente?
Fue el mejor amigo de mi hija, un chico templao y cariñoso, quien me soltó la frase que tanto me gustó.
Eva
Eva