Esta tarde hemos ido un grupo de familias con los niños y niñas al teatro Estrella del Cabanyal. Es un teatro único, situado en C/ de los Ángeles, frente a un parque con columpios, en un emblematico edificio que conserva el encanto de las antiguas y auténticas casas de la malvarrosa.
Es un teatro pequeño, acogedor y con el sabor de la fantasía. El pequeño aforo estaba lleno de niños y mayores. Ha sido sorprendente como el payaso Bambolino ha mantenido la atención de los niños durante más de una hora con el agravante de ser el unico personaje de la obra ( exceptuando el payaso Becario) , en sus diferentes sketchs. Hemos visto a payaso Bambolino, una especie de hombre orquesta, actuando de presentador, de director del circo, de árbito de luchadores de madera, de gran director del baile de una bailarina acrobática, de cuerpo de un cientifico –mago , de cuerpo de pareja cubana de baile, de señora que ha bailado un tango con una niño y una niña, y en fin, de un personaje versátil, imaginativo y heterogéneo, que solo en la escena ha cautivado la atención de los pequeños que aplaudían entusiasmado. Además, el payaso Bambolino no ha olvidado la labor educativa del teatro, y ha hablado de los valores humanos con un lenguaje infantil, de la no violencia, de la libertad, de la paz y de lo que realmente importa en la vida. Ese teatro que es como un poema que se levanta del libro y se escenifica. Los niños han merendado y se lo han pasado pipa. Ha sido una manera estupenda de pasar una de las últimas tardes de año. Y he de decir que mi hija Jun, de 21 meses, era la primera vez que iba al teatro y dudaba de que pudiera estar sentada más de cinco minutos, y para mi sorpresa, su atención era total y no ha dejado de aplaudir como una posesa, contenta, feliz y alucinada de un espectáculo que realmente ha merecido la pena asistir.
Lupe
Es un teatro pequeño, acogedor y con el sabor de la fantasía. El pequeño aforo estaba lleno de niños y mayores. Ha sido sorprendente como el payaso Bambolino ha mantenido la atención de los niños durante más de una hora con el agravante de ser el unico personaje de la obra ( exceptuando el payaso Becario) , en sus diferentes sketchs. Hemos visto a payaso Bambolino, una especie de hombre orquesta, actuando de presentador, de director del circo, de árbito de luchadores de madera, de gran director del baile de una bailarina acrobática, de cuerpo de un cientifico –mago , de cuerpo de pareja cubana de baile, de señora que ha bailado un tango con una niño y una niña, y en fin, de un personaje versátil, imaginativo y heterogéneo, que solo en la escena ha cautivado la atención de los pequeños que aplaudían entusiasmado. Además, el payaso Bambolino no ha olvidado la labor educativa del teatro, y ha hablado de los valores humanos con un lenguaje infantil, de la no violencia, de la libertad, de la paz y de lo que realmente importa en la vida. Ese teatro que es como un poema que se levanta del libro y se escenifica. Los niños han merendado y se lo han pasado pipa. Ha sido una manera estupenda de pasar una de las últimas tardes de año. Y he de decir que mi hija Jun, de 21 meses, era la primera vez que iba al teatro y dudaba de que pudiera estar sentada más de cinco minutos, y para mi sorpresa, su atención era total y no ha dejado de aplaudir como una posesa, contenta, feliz y alucinada de un espectáculo que realmente ha merecido la pena asistir.
Lupe
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