7 de julio de 2010

A mi me gusta el rosa… ¿Sabes?

Así me hacía esta confidencia Sergio, mientras yo seguía trabajando y lo miraba de reojo con la sonrisa en los labios. Era la segunda vez que venía aquí a mi trabajo, y ya la primera vez me llamó mucho la atención su forma de vestir. Hoy lucía pantalón sport, camisa rosa, Ralph Lauren, y zapatos tipo mocasín de vestir, así es como le gustaba a su familia que vistiera... Pijo, pijo. Pero él que aceptaba esta premisa, costumizaba el atuendo a su manera, sus manos iban cubiertas por unos guantes de raso azul eléctrico hasta el codo, con un par de sortijones de buen plástico chino, pulsera de madera de los hippies y un par de collares muy aparentes y de colores fuertes.

Todo esto podría considerarse “normal” si no fuera porque Sergio tiene seis años.

Sergio fue adoptado en Ucrania por unos padres heteros, cuando tenía apenas seis meses de vida. Fue un regalo del cielo para ellos, después de años intentando ser padres por todos los medios posibles, unido a la frustración que conlleva que te digan los médicos que ya no puedes seguir con la reproducción asistida. Yo pude vivir de cerca el proceso de adopción de esta pareja amiga y de otra más con sus respectivas adopciones en Rusia y Ucrania; creo que fue lo que hizo picarme las ganas también de ser papa, ellas me decían que me animara a presentar la solicitud de adopción porque se me caía la baba con sus hijos.


A los papas de Sergio después de conocerlo con nueve meses les perdí la pista y al cabo de unos años nos volvimos a encontrar, nosotros ya con Marc, el alegrón fue inmenso y su madre tenía muchas ganas de vernos y contarnos de él. Al parecer el niño apuntaba maneras, le encantaba disfrazarse con ropa de su madre, el color rosa y los tacones, y quería ser bailarín (serán los genes de la antigua URRS). Que mejor oportunidad para Sergio que conocer a dos chicos casados y con hijo adoptado, y a nosotros lo mismo para nuestro hijo, conocer a otro niño adoptado y quizá con el tiempo también gay o quien sabe que. No lo va tener fácil este niño… pero imaginaros en su lugar de origen cómo podría haber sido su vida. Espero que tenga suerte y a la vez de tener unos padres maravillosos y comprensivos pueda encontrarse con profesores, amigos y compañeros que también lo sean, yo por mi parte estoy encantado con él, por su frescura y sensibilidad, y su buen gusto al vestir¡¡

A mí también me gusta el rosa, ¿Y a vosotros?

Santi.

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